Julio
Giménez Pérez


Nació el 27/05/1951  en Zaragoza (España)
dibujo \ pintura


La pintura como la bicicleta una vez que lo practicas, no se olvida, puedes limar técnica y volver a coger pulso. Cuando se tiene una aptitud para el color y la imagen, es difícil no inspirarte y tomar nota de acontecimientos y lugares que te impactan y te subyugan. Después está la percepción que se tiene de tu obra; gustará o no, dejara indiferente o causara repulsa, todo puede ocurrir.
Lo que importa a cada uno es la satisfacción que te causa emplear un tiempo o momento concreto en algo que te satisface.
Desde que me he puesto a mojar los pinceles en color, he plasmado imágenes que me han traído a la mente, sitios, momentos o imágenes que yo traducía en manchas con algún sentido, bien estético, amable o reflexivo.
En un paisaje es fácil de comprender, desear un destino, es fácil cuando lo puedes visualizar en imagen y desear vivirlo, o una situación o evento concreto, pero, cuando ves una imagen imprevista, impactante y que duele ver, el pensamiento te araña y te pide responder, ¿Qué destino?, ¿Cómo terminará esta imagen?
Los paisajes no existen, son lugares que se convierten en destinos donde vive la gente, y los que viven esos lugares los convierten en paisaje por eso mismo, porque lo habitan y no se puede impedir a nadie que elija su paisaje, y por muchas vallas, murallas o fusiles que los dividan y separen, los “paisanos” siempre serán los que habitan en él, por nacimiento, por familia o por ganarse la vida.
Todos buscamos nuestro “DESTINO”, y ese todos es TODOS. Los que caminamos, volamos, nadamos, etc. Porque todos estamos vivos por la misma fuerza y energía y nadie, NADIE debe ser dueño del territorio que se nos ha dado.
De ahí el sentido de mi pintura, reconocer la suerte del sitio donde vivo con su horizonte, su agua, su gente, y reclamar el respeto a la vida que quieren los demás, tanto animales como personas.

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